El desarrollo económico de cualquier espacio territorial, depende de sus recursos naturales. Con especial énfasis en el recurso hídrico, ya que es un bien patrimonial escaso y no renovable y además es esencial para el funcionamiento de cualquier sistema biótico. En los sistemas de producción es el motor del mismo, dependiendo directamente de la cantidad que se tenga del recurso para la extracción, fabricación, manufactura y producción de los recursos que se tienen.
En el caso de la agricultura es fundamental el uso y aprovechamiento máximo que se tiene del agua. En el caso de la Provincia de Petorca y por su distribución espacial la cantidad de los caudales que la componen dependen de la temporalidad, diferencias entre estación invernal y estival, presencia del fenómeno ENOS Cálido que la afecta actualmente. La condición climática, que se presenta producto de las fenómenos geográficos de la cuenca, generan una dependencia extrema del manejo del recurso, ya que regularmente presenta períodos de sequia entre los afluentes de los valles Petorca y la Ligua, en donde las precipitaciones se concentran en periodos invernales alcanzando 200 mm. anuales, dejando en período de déficit al periodo estival.
Según el modelo económico de Chile, que apunta al desarrollo económico del mercado, abriéndose paso al libre comercio, estableciendo tratados comerciales libres de impuesto, que impulsan un mercado global y con mayor competencia entre los productores de bienes y servicios. Es necesario regularizar las condiciones óptimas de los pequeños productores, para establecer un mercado competitivo y equitativo dentro del sistema. Es entonces donde se plantea, como el Estado interviene en las deficiencias que tiene un sistema productivo, en este caso el déficit hídrico de la región, que se enmarca dentro de las dinámicas naturales, acrecentadas por el mal huso humano.
"Ya hemos reconocido que la ciudad es un sistema vivo, y al hacerlo hemos pasado a otorgarle un status de sistema predispuesto a todo proceso de colisiòn y descomposiciòn, recorrido en diversas direcciones inestables (...), la sociedad urbana està hecha de choques, roces, competencias, rivalidades, rupturas, reajustes. Todas, en efecto, existen con una base de equilibrio inestable entre las fracciones que las conforman". Manuel Delgado (1999), texto Ciudad liquida, ciudad interrumpida.